| SINOPSIS: TODO ES TAL Y COMO DEBE SER EN CAMELOT. El rey Arturo está expandiendo la influencia de su reino con la reina Ginebra a su lado. Sin embargo, cada noche, a la reina la atormentan sueños llenos de oscuridad y de un poder indescifrable. Puede que Ginebra haya aceptado su papel, pero sigue sin encontrar su lugar en ese mundo. Cuanto más se acerca a las personas que la rodean, a Brangien, que suspira por Isolda, su amor perdido; a Lancelot, que lucha por demostrar su valía como caballero de la reina; y a Arturo, que lo da todo por todos y, por lo tanto, nunca tiene suficiente para Ginebra, más cuenta se da de lo vacía que está. No tiene ni idea de quién era realmente antes de ser Ginebra. Cuanto más intenta proclamarse reina, más se pregunta si Mordred tenía razón y ella no pertenece a ese mundo. Nunca lo hará. Cuando un rescate sale mal provocando la muerte de alguien muy preciado, Ginebra regresa a Camelot, devastada, para enfrentarse a la mayor amenaza que ha llegado. No en forma de la Reina Oscura o de un ejército invasor, sino en forma de la hermana pequeña de la verdadera Ginebra. ¿SERÁ EL FIN DE SU ENGAÑO? ¿Y A QUIÉN ESTÁ ENGAÑANDO REALMENTE? ¿A CAMELOT O A SÍ MISMA? |
Hace dos años llegó El engaño de la princesa, la primera entrega de la nueva trilogía de Kiersten White centrada en el mito artúrico y ahora es el turno de su segunda parte: La traición de Camelot. Como suele pasar, encontrarán spoilers de la entrega anterior, pero no de este libro a partir de ahora.
Todo está bien en Camelot, Ginebra tiene hechizos de protección y vigila los alrededores intentando evitar cualquier aparición de la Reina Oscura o de Mordred. Sin embargo, todavía no sabe bien quién es, pues sus recuerdos no han vuelto y todo su pasado sigue siendo un misterio. Al mismo tiempo, a pesar del cariño que le profeza Arturo, no es capaz de encontrar su espacio en Camelot.
“Tenía hambre de un pasado, de llenar de algún modo el vacío que encontraba cuando trataba de excavar en su propia historia a partir de recuerdos”
Ya lo dijimos en la reseña del primer libro, pero lo repetiremos: esta saga es una reivención juvenil del mito artúrico en la que Ginebra no es Ginebra, la princesa, sino que una hechicera sin recuerdos, Arturo un joven rey muy querido y Lancelot es una mujer. Así que gran parte del libro se centra en los sentimientos de Ginebra, en el cómo quiere que su relación con Arturo avance o en las relaciones con sus amigas, como Brangien y Dindrane. Sin embargo, si bien El engaño de la princesa tenía ese tono juvenil y divertido, acá se sintió más vacío, como más de lo mismo y no pareció entregar algún avance con respecto al primero. Es lógico el camino en el que la historia irá con respecto a las relaciones, el mismo mito lo dice, pero no termina de funcionar muy bien en la práctica.
“¿Por qué enviar esa gratitud a otra parte, a un dios invisible? Le gustaba justo donde estaba: en el centro de su corazón, cálida y llena de esperanza”
El gran problema con los personajes de este libro es que, por más que la autora intente crear un ambiente de misterio en algunos, son transparentes. Todos los personajes son sencillos, sin mucha profundidad, con buenas intenciones y lo dejan ver. Ningún personaje aporta ni remotamente algo interesante a la historia, de hecho, incluso las relaciones entre ellos son sencillas y siempre casi idealizadas. Al igual que pasó con el anterior, si bien hay giros y traiciones, siempre son con el mismo tono de “buenas intenciones”, como si no hubiesen villanos o personajes grises.
Uno de los aspectos más bajos en la primera entrega fue la ausencia de una trama clara, pues todo parecía ser solo Ginebra narrando el día a día. Por desgracia, para este libro se mantuvo ese estilo en el que solo avanzaban y avanzaban las páginas sin saber muy bien hacia qué punto. En el capítulo 10 cuando parece que todo está más claro, se produce un desvío que se sintió bastante aleatorio y envió a Ginebra y un grupo específico a una misión por 60 páginas para algo irrelevante para la trama.
“Ese es el precio de la inteligencia. Ganamos y lastimamos a otra gente, y siempre, siempre, nos lastimamos a nosotros mismos. Es mejor ser aburrido y bueno e ir por el mundo como lo hace Arturo. Hace que las cosas sean más simples”
Por ese motivo casi 3/4 del libro se hacen muy lentos porque seguimos en lo mismo, podría ser El engaño de la princesa sin problema alguno. Cuando llegó la acción dio la sensación de acabar antes de empezar y ni siquiera fue una escena importante, sino que dos escenas cortas que nunca llegaron a generar lo que debían y solo parecían más relleno. Lo mismo con las grandes revelaciones del final, hubo una gran sorpresa que parecía broma que no lo confirmaran antes pues ya desde casi el inicio sabíamos la respuesta.
La traición de Camelot se sintió como una continuación de su predecesor que no aportó nada nuevo, la trama y estructura del libro fue aleatoria y caótica y los personajes que antes fueron interesantes, acá perdieron cualquier tipo de profundidad y pasaron a ser por completo transparentes.
| Autor: Kiersten White Editorial: Urano – Puck Saga/Autoconclusivo: Camelot Rising #2 | N° de páginas: 352 ISBN13: 9788492918881 Idioma: Español Precio: $16.900 |
 | Kiersten White (Estados Unidos, 1983)-. Autora best seller de The New York Times, reconocida por su sagas Hija de las tinieblas y Paranormal, entre otras. Vive con su familia cerca del océano en San Diego donde, a pesar de su perfección, sueña con lugares lejanos y tiempos aún más distantes. El engaño de la princesa es el inicio de su nueva trilogía llamada Camelot Rising. |
