SINOPSIS: Kun, un niño mimado y consentido de cuatro años al que sus padres dejan de prestar atención cuando nace su hermana Mirai, empieza a sufrir situaciones en casa que nunca había vivido. Pero entonces, la versión adolescente de su hermana viaja en el tiempo desde el futuro para vivir junto a Kun una aventura extraordinaria más allá de lo imaginable.
Otra de las películas que llega esta semana a cartelera es una cinta de animación japonesa que apela directo al corazón. El anime se ha desarrollado desde comienzos del siglo XX en Japón, y gracias a su estilo característico y a las historias que lleva a la pantalla se ha ido ganando un espacio cada vez más grande en las pantallas de occidente, siendo generalmente competencia importante en los premios de la Academia.
Mirai, mi pequeña hermana fue nominada a los Oscar, los Globos de Oro y a los Critics Choice Awards, entre otros, el año 2018. Una cinta del mismo director que anteriormente hizo El niño y la bestia y que, en esta ocasión, nos trae una historia enfocada en la familia y en los lazos que nos unen los unos a los otros. Apelando al realismo y a la fantasía por igual, la historia de Kun nos sorprende por su simpleza y su empatía.
Una historia que nos muestra la evolución de un niño que debe aprender a compartir su espacio con la llegada de un nuevo bebé, pero que lo hace con cada una de las enseñanzas que le dará su familia. Un paso a paso en el que acompañaremos a este pequeño en sus aventuras y que jugarán con nuestra percepción de la realidad. Un paseo por la historia de la familia que nos mostrará diferentes épocas y realidades de cada uno de sus integrantes.
Con Mirai, mi pequeña hermana regresaremos al núcleo familiar, a las historias que nos van formando desde pequeños y que nos dan lecciones de vida. Una historia de nostalgia y de armonía que cimenta la vida de un niño que se enfrentará a un cambio fundamental en su vida y que, a la vez, le abrirá las puertas a otro mundo.
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Director: Mamoru Hosoda |
