Horizonte: Redención imposible en una tierra devastada

Son pocas las películas latinoamericanas que llegan a las pantallas de salas comerciales de nuestro país, por eso Horizonte es una gran oportunidad para poder disfrutar de una cinta que nos entrega ese realismo mágico cercano a estos lares del mundo.

La película está escrita y dirigida por Cesar Acevedo, el mismo de La tierra y la sombra (2015) (Premiada en Cannes el 2015 con la Cámara de Oro). Esta vez, en Horizonte nos sumergimos en un viaje de una Colombia devastada por la guerra, a través de los ojos de dos espíritus atados a la culpa y el amor.
La historia nos cuenta acerca del viaje de Basilio (Claudio Cataño) y su madre Inés (Paulina García), quienes se reencuentran después de muertos. Esto inicia un viaje no solo físico, sino también a la memoria colectiva de un pueblo. Una Colombia sin tiempo, donde ríos son cementerios, los campos desiertos y donde el silencio dice mucho más que las palabras.
Contada a fuego lento donde la cámara se detiene, observa y contempla. No hay apuro ¿y cómo haberlo en un mundo de muertos? Los planos tienen una solemnidad que muchas veces incomoda, pero también captura nuestra atención. Horizonte no nos cuenta una historia: nos sumerge en una atmósfera, donde la culpa no se borra ni con la muerte.

La relación entre madre e hijo es el corazón emocional del relato. Con una gran actuación de Paulina García, (que también la podemos ver en otra película que sigue en cartelera Todos Somos Justos ) en Inés, una madre, figura silente y potente, se transforma en un espejo de todo lo que Basilio fue y dejó de ser. Él, condenado a revivir sus crímenes, ya no puede esconderse.
Basilio no solo viaja por un país devastado; atraviesa su propio purgatorio. Y en ese camino, cada pueblo destruido, cada cadáver flotando en el río, cada historia que se cruza, sirve como fragmento de una historia mayor: la de un país fracturado, donde el dolor se hereda y se arrastra como una maldición. Lo interesante es que jamás al personaje de Claudio Cataño (conocido por muchos en Cien años de Soledad de Netflix, justamente el personaje Basilio es uno de los más importantes de la novela, manteniéndonos en este clima de realismo mágico ), se le juzga por sus acciones, queda a criterio del espectador, ya que en sí la película es una experiencia que no busca explicar , sino más bien lo que nos quiere dar es contemplación.
Como en Pedro Páramo de Juan Rulfo, los muertos en Horizonte no descansan: caminan, recuerdan, buscan sentido. No se trata solo de espectros individuales, sino de una memoria colectiva que sigue penando sobre una tierra rota. La Colombia de Acevedo, como la Comala de Rulfo, es un espejo donde el tiempo se detuvo y la culpa aún respira bajo la superficie.
Y aunque la narración se sitúa en Colombia, la naturaleza atemporal y simbólica del relato permite extender su significado a gran parte de América Latina. La violencia estructural, el silencio impuesto, el peso de la memoria colectiva: todo resuena con historias que atraviesan generaciones en diversos rincones del continente.
Técnicamente, la película es impecable. Visualmente es maravillosa; la fotografía captura esa atmósfera mortuoria y el sonido también nos envuelve en un mundo que ya no existe.
La película ya es posible encontrarla en cartelera a partir de este 12 de junio.

Horizonte no gustará a todos. Es críptica, lenta, por momentos incluso opaca. Pero esa es precisamente su fuerza. No pretende complacer ni explicar. Solo mostrar. Y en ese mostrar, revelar una verdad que arde: que incluso después de muertos, seguimos cargando con los pecados del mundo.
Dirección: Cesar Augusto Acevedo País: Colombia Año: 2024 Duración: 125 minutos. | Elenco: Paulina Garcia, Claudio Cataño |